domingo, 17 de febrero de 2019

¿EN QUÉ NOS ENFOCAMOS?


La mente es un gran misterio. Comprender por qué le damos vueltas a un pensamiento que nos hace daño en lugar de desecharlo. Nos lo repetimos una y otra vez y esa vocecita interna, vuelve a revivir una conversación o una situación que nos hizo daño.

El otro día iba en el metro y una chica le decía a un chico: "no, Juan, no pienso seguir con el tema. En casa todo el tiempo hablando de lo mismo y en la calle también. No".

Y lo grave del asunto es que Juan, seguramente no era consciente de que repetía el tema una y otra vez.

Nos pasa a todos lo mismo, cogemos una situación, la enganchamos como si fuésemos un tiburón y no la soltamos. Y lo más curioso de todo es que el 90% de los casos suele ser una situación que nos hace daño.

Aún no me he encontrado con nadie que esté enganchado a una situación feliz y la convierta en su obsesión.

Justificaciones tenemos de todo tipo cuando alguien intenta hacernos ver que estamos en fase "disco rayado" (así lo llamo yo). Utilizamos excusas: que tuve una infancia mala, es que me han herido, etc.

Pero es que yo creo que ya no se trata tanto de lo que nos hicieron, como de ahora, en este momento qué vamos a hacer nosotros, con la información de que disponemos. Y ahí está el kit de la cuestión. ¿En qué nos vamos a enfocar?

¿Nos vamos a enfocar en mira lo que me hicieron? ¿O nos vamos a enfocar en ahora que soy consciente de lo que pasé, qué puedo hacer para sanarme y convertirme en la persona que quiero ser? ¿Me sigo quedando en el papel de víctima, o elijo enfocarme en este momento y vivo mi vida, mis sueños, desde la confianza de que yo no soy mi pasado?

Creo que todos hemos vivido momentos más felices y otros menos felices. Situaciones que pueden habernos hecho daño y otras que nos han llenado de alegría. A lo mejor nos gustaría cambiar algunas, pero eso ya no es posible.

Pero heridos o no, con cargas del pasado o no, hay una cosa que podemos hacer y además solo depende de uno mismo, no necesitamos a nadie que nos apoye, ni nos dé ánimos. Y es la capacidad de decidir en qué queremos enfocarnos.

En el mundo dual en el que vivimos, nosotros tenemos la opción de elegir: nos enfocamos en la confianza y en el amor hacia nosotros y hacia el prójimo o nos enfocamos en el miedo y en el dolor.

Y tomemos la decisión que tomemos, esta vez no podremos culpar a nadie del resultado. Y ambas son válidas, para eso disponemos del libre albedrío. Pero si decides el miedo, que provoca malestar, ya no podrás quejarte, ni culpar a nadie por ello. De igual forma, si eliges la confianza en ti mismo, sabrás que has llegado a ser feliz porque tú decidiste ser feliz.

Gracias por vuestra amabilidad y confianza. Somos seres de luz y grandeza de corazón, jamás lo olvidéis. Feliz día.

Teresa Castillo



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